Antes de entrar, leer atentamente las “Notas lingüisticas” sobre la transcripción que encuentran despues de las imagenes:

NOTA LINGÜISTICA SOBRE LA TRASCRIPCIÓN DE ESTOS RELATOS

Estos apuntes lingüísticos permitirán al lector comprender algunos de los giros y expresiones propios del habla popular, que recogemos con alguna fidelidad y que no aparecen en el glosario de términos que presentamos más adelante. Se trata, pues, de una descripción lingüística de estos fenómenos peculiares del hablar de los colombianos, que puede servir como herramienta de trabajo para los lectores que deseen transcribir relatos en el lenguaje popular. Seguimos, por este aspecto, la metodología propuesta por José Joaquín Montes y Luis Flórez en su trabajo Léxico de la pesca en Colombia.

 

VOCALES

– Pérdida de la e inicial en muchas de las conjugaciones del verbo estar. Así, por ejemplo, ta (está), tábamos (estábamos), taba (estaba), etcétera.

– Prótesis y aféresis de la vocal a, como en arrecostar, por recostar, y hogó, por ahogó.
– El diptongo ua se presenta alterado por metátesis, como en gvavda, por guadua.
– Muchas de las palabras empleadas por los informantes presentan trueques vocálicos o cambios en el uso de ciertas vocales. Así, por ejemplo, la o es reemplazada por u, en palabras como mochila (mvchila); y la i es sustituida por la e, en palabras como negocia (negocea).

– La o es reemplazada por v en locuciones como pvallá, en las cuales, además, se ha suprimido la r final, en el caso de la preposición por, que se ha aglutinado con la palabra siguiente, el adverbio allá. Así, por allá es pvallá.

– En cuanto a los hiatos, se presentan varias situaciones. Si se trata de vocales diferentes, ea pasa a ser diptongo creciente. Así, real queda rial y en fonética sintáctica, se convierte en ia, como en diagva, por de agua. A este respecto preferimos la aglutinación, es decir, la unión de la preposición de, con el cambio anotado (di), y del sustantivo agua, porque representan con mayor fidelidad el habla popular, que su forma separada.

– El mismo criterio hemos adoptado en los casos de la pérdida de la o final en expresiones tales como “no hubo”, la cual hemos transcrito n’hvbo, ateniéndonos igualmente al uso del lenguaje por nuestros informantes.

– Por lo que toca a la acentuación, se presentan variaciones importantes, como en vámonos, que la gente sencilla del país pronuncia vamonós, y en ahí, que suelen pronunciar ai. A fin de ajustarnos lo más posible al habla cotidiana de nuestros informantes, además de cambiar la acentuación hemos cambiado la ortografía, suprimiendo la h.

 

CONSONANTES

 

– Supresión de la letra d (cero fonético) en el comienzo de una palabra, como en ispertar (despertar) u onde (donde) y entre vocales, como en tu’esa vaina, tuavía y tu’eso. En estos casos, además, la o es reemplazada por u. También se suprime en las terminaciones -ado, -ido, -uda (ayudao, cansao, pescao); al final de palabras como cantidá y mitá; y en fonética sintáctica del tipo bordo’el río, por borde del río, entre otras. Adicionalmente, para los casos de eliminación de la d en fonética sintáctica hemos empleado el apóstrofo, para indicar la supresión o elisión de una vocal o de determinada parte de la palabra. Por ejemplo, en tu’eso, el apóstrofo sustituye a la sílaba do; la frase completa, sin cambios, sería “todo eso”.

– La f inicial ha sido reemplazada por h aspirada, como en jue (fue) y jogón (fogón).

– La h aspirada aparece en expresiones, estas sí explicadas en el glosario, como jartar.

– El fonema r no se pronuncia o da cero fonético, en expresiones como tentalo, tenelo y repelencialo, en las cuales es reemplazado por el fonema l. Cuando integra la terminación -ra, particularmente en el caso de la preposición para, se presenta también la eliminación de la r, en especial cuando aparece en oraciones: pa’ molestalo, pa’ decile, etc.

 

 

Otros ASPECTOS IMPORTANTES

 

– Siguiendo las orientaciones de la Academia de la Lengua, hemos empleado el apóstrofo en muchísimas ocasiones en que las expresiones de los informantes poseen elisiones o supresiones de vocales o consonantes, como tu’esa vaina, ya taba’maneciendo, qu’era, porqu’eso, etcétera.

– Para el caso de los sintagmas conformados por preposiciones y pronombres demostrativos, como “de eso” o “de esas”, hemos preferido utilizar las contracciones deso, desa, etc., que, aunque se encuentran en desuso en la lengua escrita, corresponden al lenguaje oral, y además tienen tradición en los clásicos de la literatura española.

– En los sufijos que expresan diminutivos, como -ito, -ita e -ico, se transcribieron formas como nochecita, tardecita y chinita.

– En los aumentativos, hemos conservado las terminaciones -onón, -onones, -onona, -ononas. Por ejemplo: crecientonón (de creciente), vaconona (de vaca) y cachonones (de cachos).

– En algunos casos, siguiendo el hablar de las gentes, hemos suprimido los diptongos, como en degolla (degüella).

– Con el fin de ser fieles a los relatos, también hemos empleado la forma haiga para el presente del subjuntivo del verbo haber (haya).

– Hemos intentado reproducir de la manera más fidedigna posible las voces y demás manifestaciones lingüísticas de los personajes míticos, como su modo de hablar, sus gritos y su risa, a fin de preservar la autenticidad del relato realizado de viva voz por nuestros informantes.